Tengo un amigo que se fue a vivir a buena tierra de vinos y cuando viene por aquí nos trae siempre un par de botellitas de vino muy majas.
El último viaje me dijo que el vino era especialmente bueno, eso sí, le había costado barato.
El secreto: estaba preparado para un enlace que no cuajo, con detalle del evento en todas y cada una de las etiquetas, una vez roto el compromiso había que dar salida al vino tan cariñosamente embotellado por lo que se hizo buen precio a los amigos. Así, tal cual me lo dijo.
Le confesé que me parecía una magnífica noticia para mi blog, me dijo que ni se me ocurriese. Pasados mas de treinta días hemos abierto una botella Docavo, Morucha y yo, el vino es estupendo y Morucha, enterada de la procedencia, ha decidido subir la noticia a su twitter. Desvelado el secreto y segura de que mi amigo no encontrará mi blog, no sale ni poniendo la dirección completa, comparto la noticia y el vino, si os animáis, con mis siete seguidores.
Lo verdaderamente bueno de la noticia es que la pareja no se ha llegado a casar, para no tenerlo claro mejor no embarcarse.
No acabo de controlar este blog, imposible poner la foto de pie. Menos mal que estamos en pruebas, o no.
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