De premios y plazas

La buena noticia de hoy me ha sabido a Almería y a su historia. Le han dado el premio príncipe de Asturias a las artes al arquitecto español Rafael Moneo, hasta aquí la noticia y ahora el sabor almeriense.
Rafael Moneo presidió el jurado que premió la idea de Alberto Campo Baeza para la plaza de la catedral de Almería que había sido desmontada con ocasión del rodaje de la película Patton allá por el año 1970, película que recibió, ni más ni menos, ocho oscar.

La plaza se hizo veinte años después de la deliberación del jurado pero ahí está, minimalista, sencilla, elegante y rotunda, reflejando ese menos es más que caracteriza a su autor, yo me acuerdo de todo esto porque tuve la suerte, desde el Ayuntamiento, de contratar la obra, conocer a Campo Baeza y oírle explicar su proyecto con entusiasmo; como sacaba la Catedral a la calle; como el pórtico de Juan de Orea pasaba a ser el retablo; como las palmeras, en grupos de doce (que trajo aquel señor tan serio de torre de cotillas que me explicaba que él no era palmero sino palmerero y que hubo que meter por el paseo en sentido contrario y mover alguna farola ), decía como esas palmeras formaban la bóveda.
En la idea original se recuperaba la fuente, creo que de Perceval, pero veinte años después Campo Baeza no lo vio y se quedo en el aeropuerto. Tuvieron que pasar diez años más para que un alcalde la reclamase y puede que pronto luzca en la Plaza Granero para disfrute de todos los almerienses.

Así pintó mi madre la plaza tomando como modelo una foto que hizo el propio Campo Baeza a la maqueta con la que mostraba su proyecto.
Enhorabuena a Rafael Moneo y a los almerienses que recuperamos primero la plaza y ahora la fuente.